Hábitos & Autocuidado

El concepto del autocuidado tiene sus inicios en una de las más famosas teoristas de Norteamérica, Dorothea Orem, su primer libro fue escrito en 1971 y desde allí comienza a desarrollar teorías y subteorías que componen este modelo, que en la actualidad tiene una amplia aplicación dentro de las organizaciones, y en la vida cotidiana de las personas.
Orem menciona o define el autocuidado como el conjunto de acciones intencionadas que realiza o realizaría la persona para controlar los factores internos o externos, que pueden comprometer su vida y desarrollo posterior. El autocuidado, por tanto, es una conducta que realiza o debería realizar la persona por sí misma, para el resguardo de su salud e integridad física.
Todos los seres humanos poseemos la capacidad intrínseca de cuidarnos, este comportamiento lo aprendemos a lo largo de nuestra vida, principalmente por nuestras experiencias, por las relaciones interpersonales, y el autoconocimiento que desarrollamos a través del tiempo. En consecuencia, podríamos afirmar que los primeros hábitos de autocuidado los adquirimos en el seno de nuestra familia.
El Autocuidado es igual a acción, actuar bajo determinados hábitos que no comprometan de forma negativa la salud e integridad física de una persona, por tanto, un conjunto de acciones intencionadas que las personas pueden elegir o no al momento de desarrollar una determinada actividad. Sin duda en ocasiones basta con aplicar el sentido común y la intuición para actuar bajo conductas de autocuidado, sin embargo, el conocer en profundidad la tarea a realizar es fundamental para generar hábitos consecuentes en el resguardo de la salud e integridad física.
Distintos científicos mencionan que los hábitos surgen, se mantiene y prosperan por lo rutinario de[HO1] una determinada acción, debido que el cerebro está constantemente buscando la forma de esforzarse menos, por tanto, si se le deja a su suerte, el cerebro intentara convertir cualquier rutina en habito, ya que esta forma de actuar permite al cerebro descansar con más frecuencia. El problema con los hábitos es que el cerebro es incapaz de distinguir entre las conductas buenas o malas, por tanto, en dentro de un grupo de personas se pueden o no formar malos o buenos hábitos.
De acuerdo a lo anterior los hábitos son acciones automáticas que derivan de la rutina propia de una acción, por ello es importante para la prevención de riesgos modelar hábitos de trabajo que sean consecuentes con el resguardo de la salud e integridad física de los trabajadores, de lo contrario un hábito puede resultar en un acto peligroso, y por consiguiente dañar a quien lo realiza o a quienes le rodean.
Dentro de una organización cuando se habla de autocuidado, el concepto se orienta a la activa participación de sus miembros, en el compromiso y responsabilización de la adecuada administración y por consiguiente cuidado de su salud e integridad física frente a las actividades cotidianas que desarrollan. El cómo no siempre es fácil de dilucidar, aunque mediante la creación de hábitos todo individuo puede desarrollar comportamientos consecuentes con el autocuidado, y para ello es trascendental fomentar este comportamiento propiciando el autoconocimiento mediante espacios reflexivos tanto para el individuo como para el equipo.